La mayoría de las personas han experimentado episodios de ansiedad, los cuales se derivan del estrés generado por el ritmo de vida, es común que aquellos que la han padecido no encuentren explicación para ese malestar, sin embargo resulta perjudicial para las relaciones humanas, ya que frecuentemente predomina en ellos una sensación de irritabilidad que trae como consecuencia la intolerancia ante muchos sucesos y también a personas, dejando como resultado conductas conflictivas.
Algunos síntomas de la ansiedad son: respiración acelerada, sudoración, sensación de mareo, sentimiento frecuente de preocupación por eventos del futuro así como falta de concentración.
La ansiedad no permite disfrutar la vida, es por eso que en este artículo quiero comentar de la importancia de hacer pausas para interiorizar con nosotros mismos, y de esta manera enseñarle a nuestro cerebro otras formas de responder.
Es bueno que antes de comenzar tu día dediques unos minutos para practicar tu meditación, te recomiendo que tengas un lugar donde nadie te interrumpa. La meditación trae como consecuencia una sensación de paz interior la cual predomina más al momento que la estás practicando. Lo ideal es experimentar esta sensación durante las 24 hrs del día.
La práctica de la Meditación
Como comprenderás es toda una disciplina, nuestra mente es como un niño inquieto, que se distrae fácilmente pero el reto está en enseñarle a atender una cosa a la vez. Al practicarla te darás cuenta de que hay muchísimos pensamientos y que de pronto viene uno tras otro pero es tu tarea poner orden y comenzar solo por observar. Una vez que tu mente está en orden se reflejara en el exterior, podrás disfrutar del momento sin estar pensando en lo que harás más tarde, tus relaciones humanas se volverán más cálidas, tu nivel de concentración irá aumentando, tendrás más facilidad al momento de percibir un obstáculo y encontrarás respuestas más positivas.
La ansiedad y la preocupación poco a poco se van haciendo menos hasta que un día desaparecen de tu vida y estará presente la sensación de actuar ocupándote de lo que debes resolver.
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