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Por cada cucharada de harina, 1 cucharada de mantequilla y un vaso de leche – Sal, pimienta y nuez moscada
Ponemos a derretir la mantequilla, agregamos la harina sin dejar de remover y cuando se dore incorporamos la leche (mejor caliente) poco a poco, batiendo sin parar (podemos usar un batidor de varillas) para que la salsa resulte fina y sin grumos. Sazonamos con sal, pimienta y nuez moscada y dejamos cocer unos 10 m.
Esta es la receta tradicional para bechamel en gratinados. Tendrás que aumentar la cantidad de harina (3 cucharadas por 2 vasos de leche) si es para croquetas.
Con cebolla rehogada: Si vamos a hacer croquetas o la base de algún relleno, utilizaremos menos leche, rehogaremos antes cebolla en la mantequilla o aceite, según la receta, y pondremos mitad leche y mitad caldo de verduras, pollo o pescado, u otras variantes según la preparación.
Al queso: Preparamos una salsa bechamel más bien clarita, y al final de la cocción añadimos 100 gr de queso rallado fuerte (tipo manchego o parmesano). Removemos hasta que el queso se derrita. Acompaña pastas y podemos utilizarla también en gratinados, sobre todo de verduras.
Verde: Una vez terminada la bechamel la pasamos por la batidora con unas hojas de espinacas cocidas. Trituramos bien hasta que quede cremoso. Para pescados cocidos (ej. salmón o merluza), huevos duros que después gratinamos con queso, patatas al horno que adornamos con trocitos de beicon dorados en aceite, etc.
Rosa: Preparamos la bechamel y la mezclamos con unas cucharadas de salsa de tomate frito. Para gratinados de verduras, huevos duros o escalfados, gratinados de carne, etc.
fuente: http://www.divinacocina.es/bechamel/
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